Philip Bramwell ha sido consejero general del grupo BAE Systems desde 2007 y tiene más de 30 años de experiencia como abogado corporativo en los sectores farmacéutico, informático y de telecomunicaciones.
En una época de creciente escrutinio regulatorio y volatilidad, aquí comparte sus ideas sobre el papel de la CG en las crisis corporativas.
A finales de este mes, presidirá el Corporate Counsel Forum Europe junto con el grupo BT GC Sabine Chalmers – uno de los referentes entre los abogados para empresas.
¿Por qué se presta tanta atención al gobierno corporativo y a la gestión de la reputación?
«Cada año, al parecer, podemos contar con algún escándalo corporativo – este año hemos tenido el comportamiento de individuos en ciertos lugares de trabajo que condujeron a la campaña #MeToo y también hemos visto el colapso de Carillion. Es notable dado el grado de gobierno corporativo requerido para que una compañía de ese tamaño pueda colapsar en la nada – esto ha puesto de relieve el nivel de seguridad que el público puede esperar recibir de las cuentas auditadas publicadas».
¿Cuál es el papel del CG en una situación de crisis?
«Cuando se habla de crisis de reputación y de recuperación, se habla de gestionar la reputación de la organización, que es algo diferente a gestionar la realidad, y es ahí donde las CGs están principalmente involucradas. Nuestro trabajo consiste en asesorar a los consejos de administración y a los altos directivos, a menudo en grandes empresas que cotizan en bolsa. Hay muchas cosas que debemos hacer, pero hay un número igualmente grande de cosas que usted debe elegir si tiene un enfoque basado en valores para dirigir su negocio, lo que refleja las expectativas que la sociedad en general tiene derecho a esperar de sus grandes corporaciones.
«El enfoque del día a día en la arenosa realidad es central para el papel de GC. No sumamos los números ni vendemos los bienes que generan los beneficios, pero sí contribuimos a la creación de un entorno deseado por los empleados, los accionistas, el público y los reguladores».
¿Tiene el CG más participación ahora que en el pasado?
«Es un momento importante para que los CG demuestren su valor añadido: mostrar valor y liderazgo. Podría ser una edad de oro para los abogados corporativos – hay grandes oportunidades de carrera. Usted está ahí para ser un consejero y consejero de confianza, por lo que le corresponde a usted operar de manera responsable y cuidadosa. Tenemos una responsabilidad muy considerable – no creo que haya ningún impedimento para que las CGs ejerzan influencia. Puede ser un papel solitario a veces, sin embargo, es un trabajo que se basa en hacer juicios día tras día».
¿Cómo ha afectado #MeToo al papel del CG?
«El comportamiento personal responsable ha estado en la agenda de las grandes empresas desde el siglo pasado y, en general, en las grandes corporaciones, no existen las disparidades de poder incontroladas que han permitido que una pequeña minoría de individuos abuse de su posición. Personalmente, estoy muy agradecido de que nuestros líderes sean mucho más conscientes de que deben establecer requisitos claros e inequívocos para el comportamiento en el lugar de trabajo.
¿Cuál debería ser el papel de las CGs en situaciones como la de Carillion, donde una empresa está fracasando?
«Los CGs deben estar al tanto de los juicios realizados sobre la solidez del balance y deben estar en la sala cuando los consejos de administración revisen el desempeño y pongan a prueba la solvencia y viabilidad del negocio. En el contexto del gobierno corporativo, se trata de asegurar que haya un sistema sólido de frenos y contrapesos, algo que pueda alertar a la alta dirección para que cualquier asunto relacionado con el comercio no aparezca de la nada. El público tiene derecho a esperar que el CG conozca los derechos de todas las partes interesadas y que asesore y guíe a la gerencia y a la junta – no deben tener miedo de hablar».